domingo, 9 de octubre de 2011

Kitt Peak. Cuando vayas a Tucson dale un espacio a la cultura


Kitt Peak. Cuando vayas a Tucson dale un espacio a la cultura


Kitt Peak es un observatorio astronómico que se encuentra hacia el oeste de Tucson, aproximadamente a 64 kilómetros de la parte sur de esa ciudad. Está respaldado por varias universidades y en ella se realiza observación en tiempos determinados por un comité que selecciona los proyectos que son puestos a su consideración. Tiene visitas para el público, y aquí pienso relatar una visita que realicé en octubre del año 2010. También mostraré algunas fotos que tomamos y contaré algo de lo que todavía recuerde. El problema es que apenas regresé, las extravié y con las manos vacías no me dieron muchas ganas de relatar nada.

Aunque digo tomamos, en realidad todas las fotografías fueron realizadas por mi hijo Juan Miguel, lo cual da por consecuencia que él nunca aparezca en ellas. Está detrás de la cámara.

También debo hacer una aclaración sobre el título. Entiendo por cultura al conjunto de manifestaciones de la actividad humana, lo cual incluye a la ciencia y también al arte, aunque en el común denominador de las personas con mediana preparación se piensa que la cultura tiene que ver únicamente con el último. Así por ejemplo, en el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora se tiene un lema sindical que afirma: “Ciencia y Cultura”. Esto constituye un absurdo en una organización que agrupa a profesores e investigadores.

Sostengo que la cultura incluye a la ciencia, y de manera muy particular, a la astronomía y a la astrofísica, aunque no abundaré en las diferencias – de matices realmente – entre estas dos.

Si tu vas a Tucson, no te conformes con ir a gastar tus dólares a los centros comerciales, puedes obtener mucha diversión, y relajarte, regalándote un día de campo lleno de vivencias y de un contenido inolvidable. Créeme que es más agradable que ir a Mont Lemon, porque allí, una vez arriba, lo único que se te ocurre es mirar el paisaje, comer, comprar y bajarte. Es decir, más de lo mismo.

Día 1: Traslado a Tucson.

En mi opinión muy personal, los meses mejores para ir a Kitt Peak son los del verano y los primeros 45 días del otoño. Si me dan a escoger, yo prefiero octubre o las dos primeras semanas de noviembre. Después llegan los frentes fríos y a casi dos kilómetros de altitud las cosas se ponen difíciles con la temperatura, que disminuye a razón de un grado centígrado por cada 100 o 150 metros que subes. El dato no puede ser muy preciso porque depende también del contenido de humedad del aire, parámetro que siempre está variando.

En consecuencia, si en las calles de Tucson estás a 10 grados centígrados, en la parte donde se encuentra el observatorio astronómico estarás a 5 grados bajo cero, o algo así. Si a ti te gusta el frío, pues adelante, arriba estará como en el interior del refrigerador de tu casa.

El primer cuidado que debes tomar es la petición de permiso en cuanto pases la frontera. Como te puede explicar uno de los funcionarios que se encuentran en la línea, puedes andar sin permiso en el área de Tucson, pero nada más. Así que para evitarte una infracción de las leyes del país al que estás entrando, lleva tus papeles de costumbre, preséntalos y pide un permiso manifestando que tienes interés en visitar Kitt Peak.

Hecho eso el resto del procedimiento es el mismo de siempre, consigues un hotel que esté dentro de tus posibilidades y dedicas la tarde y la noche a las actividades cotidianas para ti en Tucson. Si tienes tiempo, date una pasada por el centro y aprecia la estatua de Francisco Villa, que fue donada por José López Portillo a la ciudad, como dice en la placa colocada en el pedestal. Esto tiene un significado que te contaré en otra contribución a mi blog, cuando te diré algunas cosas interesantes del centro de Tucson, que no tienen relación con caminar sin ton ni son por los centros comerciales, deseando todo lo que ves, pero con un presupuesto limitado, como siempre nos sucede. Descansa bien tu noche y prepárate a desayunar muy temprano.

Día 2: Viaje a Kitt Peak.

La idea al día siguiente es desayunar a tu gusto y sin prisas. El observatorio astronómico de Kitt Peak abre a las 9 de la mañana y disponen de tres visitas guiadas. Hay la oportunidad de quedarse en las cercanías del observatorio, en lugares acondicionados para instalarse en un pic-nic y disfrutar de un día agradable. Así aprovecharás las tres visitas guiadas, pues la última es por la tarde. Si no sabes Inglés, lleva contigo a alguien que sí lo comprenda, para que te traduzca las explicaciones del guía.
Tomas el free way 10 hacia el sur y doblas a la derecha como si fueras a Nogales, pero en cuanto veas el camino hacia Ajo, lo tomas con los cuidados apropiados en una vía de alta velocidad. Estarás viajando hacia el oeste y el Sol quedará ligeramente a tu izquierda y a tus espaldas, de modo que no significará una molestia para tus ojos. No te engranes con el acelerador de tu carro, pues en menos de 500 metros entrarás en una zona habitada, que es la parte suroeste de Tucson. Subes una pequeña cuesta y al fondo verás un cerro muy lejano, de modo que, si tienes buena vista, te darás cuenta que hay una construcción en la punta. Es el cerro del observatorio astronómico de Kitt Peak. Una vez que sales de la ciudad, conserva velocidades moderadas, los señalamientos al respecto son muy lógicos y no respetarlos te puede costar un accidente, o si te pesca un policía, una multa gigantesca.
Si no desayunaste, aproximadamente media hora después de haber dejado Tucson encontrarás la última posibilidad de hacerlo, es el siguiente restaurante y lo verás a tu izquierda:

El lugar es cómodo, hay mucho espacio dónde estacionarse y la comida es buena dentro de los sabores que uno puede esperar en los Estados Unidos. El precio es menor que en un restaurante del Tucson Mall y lugares similares


Después de varias decenas de kilómetros por una carretera de doble sentido, y de cruzar cerca de poblaciones indias, llegas a este sitio


y a la izquierda encuentras el siguiente letrero señalando el camino a tomar, puedes notar que son 19.3 kilómetros y que debes subir el cerro que se aprecia a la izquierda. En la punta se ve una de las instalaciones de los muchos telescopios existentes allí.


También, el letrero indica que se encuentra a 2 mil 135 metros sobre el nivel del mar, de modo que hay que cuidar los oídos


Lo que sigue es subir, subir y subir, pero puedes aprovechar para admirar algunas cosas de la naturaleza, por ejemplo, aquí te ofrezco esta imagen de un sahuaro, que de seguro lleva allí más de cien años, se llama científicamente “carnegiea gigantea”. 


En arizona y en un cerro que se encuentra enfrente de Magdalena Sonora, hay ejemplares que tienen de 200 a 300 años de edad. Su propio polen no sirve para fertilizar a sus flores, razón por la cual depende de que las abejas, los pájaros, o los murciégalos, lo lleven a otros sahuaros. Por ese motivo es de reproducción lenta, también es de crecimiento lento y ha sido declarada especie protegida porque se encuentra en peligro de extinción. Si ves comentarios o anuncios en el Internet, acerca de su potencialidad medicinal, no los respaldes, pues se trata de negociantes que están atentando contra esta planta.

También podrás apreciar muchos paisajes como el siguiente y acomodos de piedras (rocas dicen los geólogos) como las que se ven del centro hacia abajo de la foto, muy cerca de la carretera.


Cuando fui estábamos en otoño y el campo mostraba flores amarillas como las de la foto que sigue, y aunque yo viví en el campo del desierto sonorense, no sé cómo se llama


La forma en que surgieron estos cerros se aprecia en la fotografía siguiente, claramente se aprecia cómo se plegaron dos partes de la corteza terrestre, empujándose entre si. Es una línea que se puede notar más allá de lo que esta imagen nos permite ver


después de muchos minutos de subir con cuidado, porque si no lo haces te vas al abismo y no lo cuentas, encontrarás en tu camino la primera señal de que efectivamente vas por el rumbo correcto, la fotografía que sigue nos anuncia las instalaciones del observatorio astronómico de Kitt Peak.



La carretera va bordeando por el cerro, subiendo poco a poco y dando muchas vueltas, y cuando ya casi vas a llegar, ves a la orilla derecha de la carretera que la llanura está a más de un kilómetro y medio de profundidad respecto a tu posición


Debido a la altura, la vegetación empieza a cambiar, en la foto que sigue puedes apreciar un árbol perteneciente a las coníferas, como los pinos


Si conoces las montañas que separan la costa de California con su desierto, podrás apreciar que las vegetaciones se parecen a éstas




La siguiente es una imagen que tomamos de la montaña Baboquivari Peak, tiene más de 2 mil 300 metros de altura y se encuentra a 21 kilómetros hacia el sur del sitio en el cual estábamos nosotros cuando fue tomada la fotografía


Enseguida otra imagen de la misma montaña, pero sin el acercamiento que le hicimos para tratar de captar detalles de ella


Lo que hemos estado viendo, es la Reservación India de los Tohono O'odham, de quienes contaré algunas cosas unos párrafos más adelante.

Obviamente aquí ya casi estábamos en las inmediaciones del observatorio astrónomico de Kitt Peak



¿Y la llanura? Pues casi a dos kilómetros más abajo


Ésta es la reservación de la Nación Tohono O'odham, que significa: “Pueblo del Desierto” en su lengua originaria. Se trata de la etnia bautizada por los españoles como “Pápagos”, debido a una pronunciación mal hecha de la frase “Papahvi-o-otam”, que se podría traducir como “gente del frijol”, debido al alto consumo del frijol tepary, una semilla de la planta cuyo nombre científico es Phaseolus acutifolius, que crece en lo que ahora es el suroeste de los Estados Unidos y es más resistente a la sequía que los tipos de frijol que consumimos usualmente. Además consumían una semilla que produce el mezquite, en un fruto alargado, como vaina, que se llama péchita en Sonora. Aunque es una semilla pequeña, resulta muy abundante porque este árbol crece y se reproduce fácilmente en las condiciones de sequía del desierto de Sonora y de Arizona. Se le clasifica como una leguminosa y es una fuente de energías importante.

Hay además otros dos grupos de pueblos O'odham, los Akimel O'odham, que significa: “Pueblo de Río” y los Hia C-ed O'odham, o sea: “Pueblo de las Dunas de Arena”. Si quieres leer más sobre los Tohono O'odham, puedes conectarte a la página de Internet oficial que tienen ellos en la dirección siguiente: http://www.tonation-nsn.gov/

Regresando al tema central, el Observatorio Astronómico de Kitt Peak fue construido como resultado del interés de la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF por su nombre en Inglés), que decidió crear un observatorio óptico nacional (estadounidense). Después de considerar al menos 150 sitios posibles, los responsables de tomar la decisión se decidieron por este sitio a 34 kilómetros de Tucson, pues ofrecía diversas condiciones muy apropiadas, a saber:
  • Poca presencia de vapor de agua y de polvo.
  • Cercanía con una universidad, en este caso, la University of Arizona, en Tucson.
  • Fácil acceso, ya que la mayor parte del terreno es llano y solamente hay que subir cuando se encuentra a la falda del cerro seleccionado, que cumple con la condición de tener una sima a más de 2 mil metros de altura.
Entonces fueron rentados 809 371 metros cuadrados a la nación Tohono O'odahm, además del compromiso de contratar trabajadores pertenecientes a su etnia, abrir y mantener el compromiso de mejorar las posibilidades educativas de sus integrantes, y por supuesto, vender en el centro de atención a visitantes las artesanías desarrolladas por los integrantes de la tribu.

Como parte de las contribuciones a favor de esta etnia, los científicos que trabajan en el Observatorio Astronómico de Kitt Peak imparten cursos tendientes a atraer el interés de los niños y adolescentes en el Tohono O'odham Community College. En el año de 1999, la oficina educativa de Kitt Peak presentó a la NSF un proyecto para obtener fondos dedicados a entrenar y colocar voluntarios en los tres niveles escolares de la tribu, de tal modo que en el nivel elemental se esperaba atraer a los estudiantes a la participación en actividades relacionadas con la observación del Sol y de la Luna; en el nivel medio se pensaba utilizar esas observaciones para mejorar las habilidades en matemáticas de los adolescentes, tal que en el nivel llamado high school se trataría de mejorar las habilidades para insertarse satisfactoriamente en estudios universitarios, además de los ya tradicionales oficios de: carpintería, plomería, electricistas, construcción y pintado, o mantenimiento de servicios.

El esfuerzo anterior de la oficina educativa de Kitt Peak, sugiere una idea interesante que pienso exponer en otra ocasión en este blog.
Una vez que se llega hasta la sima de la montaña es fácil descubrir el sitio de atención a visitantes. Allí, uno se puede enterar del rol de visitas guiadas, o bien optar por caminar uno solo por allí, mirando la naturaleza y los telescopios (por la parte de afuera nada más).


Aunque siempre es más adecuado buscar las visitas guiadas, el solo hecho de estar allí en la sima para admirar la naturaleza brinda escenas agradables, por ejemplo, en la foto que sigue tenemos una perdiz a la que no se le ve la cabeza, pero que estaba trepada en un árbol de bellota


Es más, si vas entre octubre y noviembre, puedes tomar una del suelo y comértela allí mismo.



Las visitas guiadas se anuncian en el sitio de Internet del observatorio, que puedes consultar en la siguiente dirección:

También explican allí que después del 2 de septiembre de cada año, y hasta el 14 de julio del siguiente, existe la posibilidad de pasar una noche (evening en Inglés) observando estrellas y galaxias con telescopios de 16 pulgadas y de 20 pulgadas. Obviamente, cobran por eso las cantidades que se anuncian allí. Existe también una liga para consultar dos cámaras web que muestran en intervalos de tiempo dos imágenes distintas de Kitt Peak.

Si quieres ser astronómo(a) debes saber cómo vive esta gente. En primer lugar, para lograr un espacio de tiempo para realizar observación en Kitt Peak, se elaboran proyectos de investigación que son sometidos a la consideración de un comité que los evalúa y dictamina a favor o en contra de proporcionar las instalaciones. Según la guía que nos tocó en turno, se acepta únicamente el 20% del total de las solicitudes presentadas. Cuando se obtiene uno de esos tiempos de observación, te vas a vivir allí por una cantidad de tiempo determinada en tu programa de trabajo. Si estás apuntado para usar los telescopios ópticos, adoptas el tiempo de las lechuzas y los tecolotes, duermes de día y vives de noche. Por esa razón, cuando nosotros pasamos por allí, los dormitorios tenían en el exterior unos letreros avisando que no hicieras ruido, porque en las habitaciones que ves en las fotos siguientes había personas durmiendo. Así que si te cuentan cosas de astronomía, es por que hay gente que se desvela para observar cuando tu estás dormido(a).



La guía nos explicó que los astrónomos que dormían en ese momento se despertaban por la tarde y salían a hacer algo de ejercicio. Básicamente caminar y trotar por los diferentes caminos pavimentados que existen allí. Las canchas que ves en las fotos siguientes no se usan y fueron construidas para los trabajadores que edificaron los recintos que contienen a los telescopios.



Pagas tu cuota en el centro de atención a visitantes, donde puedes esperar los minutos que faltan para empezar admirando una exposición que tienen allí, en un espacio muy reducido, pero muy bien aprovechado y con un material muy interesante. Por ejemplo, puedes admirar el meteorito de la foto siguiente, que fue recogido en algún lugar de Argentina, como se explica a un lado del mismo


Te explican también que mientras más grandes son los espejos de los telescopios, mejor es la calidad de la imagen


Encuentras también una explicación acerca de cómo funcionan los telescopios, aunque eso ya lo encuentras con facilidad en el Internet, pero si quieres conocer las ecuaciones específicas de estos aparatos, necesitas estudiar una rama de la física que se llama óptica geométrica.


Construir los espejos que se usan allí es un poco más complicado que hacer enchiladas suizas, lo cual se comprende rápidamente con una explicación que tienen allí.


El tiempo y el presupuesto que nosotros teníamos disponible alcanzaba para solamente una visita guiada y la que nos tocó fue una visita al telescopio de observación del Sol. La guía empezó por contarnos cómo es ese telescopio, valiéndose de una maqueta existente en el centro de atención a visitantes. Son las fotos que presento enseguida


Después nos explicó acerca de los relojes solares que tienen allí, nos contó cómo se toma en cuenta la latitud geográfica a la cual se encuentra el sitio y también la fecha del año. Éste es un tema sobre el cual he escrito algo que espera a ser publicado como parte de un libro sobre el tiempo, su física y su filosofía. Los antiguos pobladores de estas tierras tenían una idea clara de la duración del año, aunque no llegaron a tener el desarrollo de los Mayas. 


El telescopio para la observación solar, cuya maqueta ya mostramos antes, se puede apreciar enseguida


Ahora estamos viendo al monstruo por dentro. En la siguiente imagen se ve el espejo reflector que capta los rayos directos del Sol y los envía hacia el interior del túnel cuyo exterior ya hemos observado. Pasamos al interior del mismo y vimos a un grupo de astrónomos trabajando, tenemos algunas fotografías borrosas de su interior y no logramos más porque una güera que iba en el grupo nos ganó la posición en el pasillo




De entre todos los especialistas que estaban trabajando en ese recinto, uno de ellos salió a conversar con nosotros. Nos dijo que era químico, tenía algo más de 50 años de edad, portaba un sombrero medio deforme, lo cual parece ser una moda en los Estados Unidos, nos explicó muy amablemente qué estaban haciendo, nos contó que iba desde una universidad situada en la costa este de los Estados Unidos y nos dijo también que en los últimos cinco días había dormido menos de 14 horas porque él era el encargado de preparar un conjunto de sustancias químicas que necesitaban los demás para captar y procesar las imágenes que se estaban produciendo. Cerró su comentario con la frase bien conocida por muchos de nosotros: te tienes que dedicar a tu trabajo y aprovechar oportunidades como ésta, porque si no, no publicas.


La visita guiada terminó aquí, la guía se fue, explicándonos que podíamos continuar viendo lo que deseáramos. Nosotros seguimos merodeando por allí y pensando que en alguna ocasión posterior podríamos planear una estancia más amplia y aprovechar alguno de los sitios para comer lo que uno lleve preparado, o listo para preparar.




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